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Los defectos posturales y el Yoga

Un defecto postural es una patología que altera  la forma en que la persona ubica sus articulaciones y extremidades respecto al tronco. El Yoga es una excelente disciplina para la reeducación postural y para adquirir flexibilidad en la columna vertebral. Sin embargo, una persona que tiene defectos posturales reconocidos puede solo realizarlo cuando la práctica la efectúa con la asistencia de un instructor que esté debidamente formado y cuando es capaz de limitar o evitar los movimientos que podrían empeorar el trastorno que padece.

La postura correcta

Para  establecer  la postura correcta es necesario observar a la persona desde cuatro posiciones: de frente, desde el lado izquierdo, desde el lado derecho y de espalda.

Para ello se traza imaginariamente una línea vertical suspendida desde un punto fijo, que sirve para medir las posibles desviaciones.

Por ejemplo, en la postura correcta de pie u ortostasis, la cabeza debe estar en posición recta con el mentón paralelo al suelo; los hombros deben estar nivelados y las escapulas deben permanecer planas mientras los brazos cuelgan relajados con las palmas hacia el cuerpo; el pecho debe sobresalir con las clavículas abiertas  a 180 grados.

Existen otras  posturas que puede adoptar el cuerpo humano, entre ellas:

  • Clinoposición: con el cuerpo tumbado
  • Supinación: con el cuerpo «boca arriba».
  • Pronación: con el cuerpo «boca abajo».
  • Decúbito lateral: con el cuerpo «de lado».
  • Sedestación: con el cuerpo sentado o en cunchillas.

En todas ellas, las personas que padecen defectos posturales deben aprender a colocar el cuerpo, aun cuando se encuentran en reposo o en las horas de sueño.

El yoga: ¿Un aliado o un enemigo de los defectos posturales?

El yoga, sin lugar a dudas, ayuda a la re-educación postural porque estira los músculos secuencialmente, es decir, a través de un trabajo realizado con una lógica de “cadena”donde el movimiento de un músculo determina la acción sucesiva de los otros músculos.

En la práctica del Yoga se trabaja sobre “cinco cadenas musculares”: anterior, posterior, lateral, cruzada o torsionada.

Cadena anterior

  • Ocupa la parte frontal del cuerpo. Desde los dedos de los pies hasta la cara.

Cadena posterior

  • La cadena posterior comienza en los talones y termina en el Occipito frontal.

Cadenas laterales

  • Ocupan los laterales del cuerpo, desde el lateral de los pies en extensión hasta debajo de las axilas y se pueden prolongar hacia los músculos de los miembros superiores y el cuello, si estos se alargan hacia un lateral.

Cadenas cruzadas y en torsión

  • Se organizan cuando hay movimientos disociados o torsiones.

Además de las posturas, en la práctica de Yoga, la respiración controlada durante la ejecución del movimiento o en reposo,  trabaja los músculos pectorales, del diafragma, escalenos, intercostales, etc. Esto ayuda a ganar elasticidad en el abdomen y posibilita que la columna vertebral se enderece con mayor facilidad.

Sin embargo, no todos son beneficios…

Durante la práctica de Yoga, al estirar el extremo de un músculo, deformamos otro. Por eso, es necesario compensar las posturas con contraposturas para realizar el estiramiento del modo correcto y evitar las hipertensiones espinales sin soporte.

Es muy recomendable contar con la dirección de un experto para poder llegar a vivir los beneficios del Yoga.