La piel es un órgano muy delicado, constantemente atacado por el paso del tiempo y las radiaciones solares.
Por ese motivo es necesario mantener unas adecuadas rutinas de cuidado facial, y si es necesario, recurrir a tratamientos que nos ayuden a devolverle a la piel su firmeza y tersura en momentos puntuales.
Entre los posibles tratamientos que podemos encontrar se encuentra el fotorejuvenecimiento, una técnica de luz pulsada que permite atacar de una sola vez todos los problemas del envejecimiento de la piel: arrugas, manchas, acumulación del tejido graso, flacidez etc.
El tratamiento reduce el tamaño de los poros y estimula la producción de colágeno, consiguiendo que la piel tenga un aspecto más joven.
Tratamiento de rejuvenecimiento con luz pulsada
Se trata de un procedimiento indoloro y muy sencillo. La luz pulsada consiste en ondas de luz de alta intensidad que al aplicarse sobre la piel ejercen el mismo efecto que un bisturí de alta precisión, permiten eliminar las capas más superficiales de la piel eliminando manchas y arrugas. La ventaja es que, además de que permite focalizar perfectamente la zona a tratar, su aplicación es muy sencilla.
En primer lugar se realiza una limpieza facial para eliminar todos los restos de suciedad y maquillaje. A continuación se marca la zona a tratar, se aplica una crema anestésica, un protector ocular y un gel conductor. Se realiza el tratamiento con luz pulsada, después se hidrata la piel para que se recupere con más facilidad.
En cada tratamiento se pueden realizar entre tres y seis sesiones, teniendo siempre cuidado de no hacerlo cuando la piel esté morena o cubierta por autobronceador. A pesar de la eficacia del fotorejuvenecimiento, no hay que olvidar que es necesario realizar una adecuada rutina facial diaria, además de aplicar mascarillas semanalmente para prevenir la aparición de estos problemas.