La mayoría de las patologías que tratamos los fisioterapeutas tienen que ver con un aumento del tono muscular, la cual es causa o consecuencia de diversas patologías, como por ejemplo las tendinitis, fascitis, bursitis, contracturas, epicondilitis…, todas ellas generan dolor y por tanto una contractura refleja.
Si conseguimos disminuir el exceso de tensión muscular se reducirá la sobrecarga sobre el músculo y el tendón, alcanzando evoluciones muy positivas en las patologías a tratar.
Si aplicamos calor por el método tradicional, es decir, a través de la piel, con infrarrojos, parafango, baños…, puesto que disponemos de un buen sistema de refrigeración por medio de la circulación periférica y la sudoración, el calor penetrará muy poco hacia el interior y el músculo apenas se calentará.
No existe ningún otro medio que permita lograr un efecto de endotermia que penetre tan profundamente ni que pueda ser dirigido al territorio que deseamos de forma tan eficaz.
La Diatermia es el mejor método para lograr un calentamiento profundo de los tejidos con el mínimo riesgo. El calentamiento profundo provoca la vasodilatación en la zona tratada y por tanto el aumento del riego sanguíneo, se produce toda una serie de cambios metabólicos que favorecen los procesos de recuperación.
Nuestra experiencia con Diatermia nos ha mostrado que, combinándola con terapia manual, obtenemos excelentes resultados, recortando significativamente el tiempo de la patología, siendo además una técnica agradable y con apenas contraindicaciones.