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Fascitis Plantar por el uso continuado de chanclas en verano

  • Categoría de la entrada:Fascitis / podología

Fascitis plantar, tendinitis e incluso problemas de espalda llenan las consultas por el uso prolongado de este calzado veraniego

¿En qué consiste la fascitis plantar?

La fascia plantar es una banda de tejido elástico que va desde el calcáneo hasta la zona metatarsal (debajo de los dedos). La inflamación de dicha estructura, principalmente en la zona en la que la fascia se inserta con el calcáneo es lo que conocemos como fascitis plantar.

La fascia plantar tiene una gran función biomecánica al caminar: es la responsable, junto con otras estructuras del pie, de mantener el arco plantar, de absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo, de proteger los metatarsianos (evitando un exceso de flexión dorsal de los dedos), etc.

Aunque es un problema bastante habitual en deportistas, en población no deportista suele aparecer alrededor de los 45 años. Algunos estudios determinan que un 10% de la población sufre fascitis plantar, cuyos síntoma principal es un dolor agudo en la zona interna del talón, más intenso en los primeros pasos al levantarnos, pues el reposo de la noche produce que la fascia se «acorte» y al dar los primeros pasos, tracciona con más fuerza.

¿Cómo afecta el uso de calzado veraniego en el pie?

Desnudar los pies cuando los rayos de sol anuncian la llegada del verano y pasar del zapato cerrado a la chancla es un placer que puede tener consecuencias. Y es que uno de los calzados por excelencia del estío (y también uno de los preferidos por los turistas) pone en riesgo la salud de los pies si se abusa de él.

Como expertos, siempre aconsejamos a nuestros pacientes el uso limitado de las chancletas, pues no son un calzado “seguro”, y recordamos que, también en verano, el zapato debe aportar estabilidad al pie para evitar problemas como tendinitis, fascitis plantar, molestias de rodillas y de espalda o esguinces.

Adecuar el calzado a la actividad que vamos a realizar, usar zapatos que aporten mayor sujeción y reservar las chancletas para la piscina o la playa son algunos de nuestros consejos para evitar la lesiones como la fasciltis plantar o rotura de fibras en la planta del pie.

Y este problema se acentúa aún más en las mujeres, pues son más laxas y flexibles, su pie más “inestable” y ello provoca que sean ellas las que más acudan a la consulta del podólogo.

Otro gran afectado por el uso de la chancleta es el talón de Aquiles, que puede sufrir una tendinitis. Los gemelos “que han estado contraídos mucho tiempo” (durante el invierno con un calzado más alto) pueden sufrir una rotura fibrilar al bajar el pie a ras de suelo. Y el problema sube hacia arriba porque incluso la rodilla, las caderas y hasta las vértebras pueden padecer las consecuencias del abuso de este calzado veraniego, prosigue el especialista.

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